martes, 15 de junio de 2010

ACEITES ESENCIALES Y AROMATERAPIA

“DIOS, EN SU INFINITA BONDAD Y GENEROSIDAD, HA PROPORCIONADO AL SER HUMANO, POR MEDIO DE LAS PLANTAS, CASI TODO CUANTO NECESITA PARA ALIMENTARSE, VESTIRSE Y CURARSE”

JOHN GERARD
HERBAL (1633)


Hubo un tiempo en que los seres humanos no distinguían entre Ciencia y Arte, Conocimientos y Habilidad. Un mismo individuo podía ser al mismo tiempo comerciante, dentista, cirujano, herbolario; o un gran pintor, filósofo y matemático. El antiguo Boticario combinaba las características del farmacéutico y el Herborista actuales. En el decurso de los siglos XVI y XVII, fue pareciéndose cada vez mas al primero y menos al segundo. Con la neta división de nuestro saber en Arte y Ciencia, esta última no tardó en prevalecer y revelarse más poderosa. Hemos llegado a una situación en que el dinero, el poderío y la ciencia se miran como fines en sí mismos y no como medios para hacer la vida más agradable, más pacífica, más feliz.-
En años recientes se han efectuado no pocas investigaciones sobre las propiedades medicinales de las esencias y es innegable el interés que han vuelto a despertar las posibilidades farmacéuticas de los “vegetales” en general. Junto con la tendencia universal de “retorno a la naturaleza” nos es dado observar que numerosos farmacólogos buscan hoy la clave para la fabricación de nuevos remedios tanto en los bosques y campos como en los tubos de ensayo. Los Herbolarios de hace Siglos amaban profundamente la naturaleza. Las plantas les inspiraban un gran respeto y puede decirse que, en cierto modo, las conocían y entendían mucho mejor que nosotros (Sabían dónde encontrarlas, en qué suelo y comarca crecía cada una, a qué hora y en qué estación del año recolectarlas, qué planetas gobernaban su desarrollo e influían en sus propiedades. Esto los llevó con éxito a combinar astrología y medicina herbaria, dando origen a la “Doctrina de los signos” ó “Signatura de las plantas”.-
Esencia de la Aromaterapia: Las esencias son a una planta lo que la sangre es a una persona. No constituyen la totalidad del vegetal pero son sustancias orgánicas completas en sí mismas. Al igual que la sangre, mueren (pierden su fuerza vital) si no se conservan en las debidas condiciones. También, como la sangre, se apropian las características del “cuerpo” (la planta), de donde proceden. Representan la “personalidad”, el “alma” de la planta. La esencia es la parte más etérea y sutil del vegetal y su acción terapéutica se desarrolla en un plano superior al del conjunto orgánico de la planta o de su extracto. Asimismo, los efectos que produce en la mente y emociones de la persona son en general mucho mas pronunciados que los de la medicina herbaria en general. Las propiedades de las hierbas medicinales y de sus esencias vienen a ser las mismas, pero su respectiva acción terapéutica es distinta.-

El modo de actuar de las esencias es poderoso y debe “respetarse” para evitar efectos indeseados. Según René Maurice Gattefosé, pionero de este arte en versión moderna: “Los productos se aplican externamente, pero su poder de penetración es lo bastante grande como para actuar en los órganos subyacentes a las zonas donde se han llevado a cabo las aplicaciones tópicas”. El cerebro, el sistema nervioso y los órganos de los sentidos provienen todos ellos del ectodermo del embrión, junto con la piel. Este origen común es signo de una estrecha relación mutua a lo largo de la vida, lo que nos permite presumir que tales o cuales productos aplicados a una zona de la piel influyen en los órganos que están debajo, aún cuando no haya penetración. Según la Ley de Milton, que refleja bien esto mismo, el nervio que transmite las órdenes a una articulación hace lo propio con los músculos que la mueven y con la piel que la recubre.-
Los aceites esenciales son sustancias aromáticas y sumamente volátiles. Los hay de muchas clases, desde los más compactos y grasos hasta aquellos cuya consistencia los asemeja mas al agua que a un aceite. La mayor parte de las esencias son claras y transparentes pero algunas (en especial los aceites llamados “absolutos”), aparecen coloreados: rojo (benjuí), verde (Rosa), amarillo (limón), naranja (mandarina), azules (manzanilla). Todos son solubles en alcohol, éter y aceites vehiculares y cremas; muy parcialmente en agua.-
La cantidad de esencia contenida en la planta suele oscilar entre el 0,01% y el 10%, aunque puede darse en mayor proporción. Por citar un ejemplo, los pétalos de rosa contienen muy poca esencia y se precisan hasta 1 tonelada de pétalos para obtener sólo 400 grs. ó 500 grs. de extracto. Algunos aceites como el de rosa, jazmín, azahar, etc. se caracterizan por su notable densidad y grado de concentración. Reciben el nombre de “absolutos” (amén de ser muy caros) y se usan en muy poca cantidad